martes, mayo 12, 2009

Pergaminos

En la postrimería de mis días en los alrededores de Dale me pasó una de las circunstancias más inesperadas, al menos en mucho tiempo.
Faltando poco para mi partida, alguien me llama a la espalda. "¿Creo que dijiste que necesitabas esta lista?, la tenía para alguien más pero te oí diciendo que no lo habías conseguido, así que tómalo tú". "Gracias, pensé que no lo conseguiría pues nadie sabía darme razón de esto", le respondí. A pesar de haber andado varias semanas en el mismo ambiente que ella, honestamente nunca había reparado que así era, es más, ella había llegado antes que yo como luego me enteré. Mientras que le agradecía fui llamado y tuve que retirme. Acá se estila despedirse de una chica con un beso (o casi roce) en la mejilla y al inclinarme, pues ella es como media cabeza (o más) más baja que yo, parece que ella fue más rápida y en lugar de besarme en la mejilla me agarró como media boca, fue algo raro pues momentos antes ni sabía de su existencia, pero en ese momento no le di mayor importancia. Sólo sonreí y me retiré. Pasó el día sin mayor novedad.
Luego, ya faltando horas para despedirme de aquel lugar aparece de no sé donde nuevamente ella llamándome suavemente, antes que le dijera hola, me puso un papel en la mano, susurró "sólo para tí" y se perdió en el barullo de la muchedumbre. En ese momento estaba con amistades así que preferí no ver qué era. Naturalmente 2 se dieron cuenta y me preguntaron quién era. En ese momento me di cuenta que no sabía ni su nombre, sólo sabía que era "la chica de la lista". Dentro del papel había un sobre de esos decorados que usan o usaban algunas chiquillas, encima tenía un muñequito pegado y todo eso, dentro en papel decorado y con una caligrafía esmerada, había un escrito medio largo que no entendí en plenitud (por lo enredado) aunque sí en esencia. No me mandaban escritos así desde la época del colegio y honestamente luego de acabar la secundaria nunca se me pasó por la mente volver a ver en situación similar. Me citó más tarde por un enclave cercano. Por mis obligaciones no podía asistir así que me las ingenié para encontrarla y le comenté que ya al día siguiente podríamos vernos y conversar.
Lo cierto es que se me cruzaron otras cosas inesperadas y pasó otro día más sin que retornara por Dale y diera señales de vida. Ya era el último día por esos lares. Me despedía de mis buenos amigos. En una de esas que quedo momentáneamente solo aparece ella diciendo que me invitaba a una matinée y se esfumó. ¿Matinée? Como con mis verdaderos amigos, aunque sean pocos, tengo real confianza pues luego de mirar qué era no pude evitar mostrarlo. Pues en realidad ya habían notado mi cara de sorpresa. Era otra carta similar con la diferencia que era un testamento. Parecía un blog impreso. Mis amigos se quedaron sorprendidos. Me dio curiosidad el asunto.
Horas más tarde salíamos "la chica de la lista", cuyo nombre al fin sabía y yo. Conversamos harto y tendido. Y me contó un rollo que les juro que no podía creer pues era como ver 3 historias por las que ya había pasado repitiéndose ante mis sentidos, incluyendo una historia relacionada a "sueños proféticos" que ya me sabía al dedillo. Parecía un libreto fotocopiado. Era como si ya supiera todas las líneas que iba a recitar antes que las dijera. No le dije nada naturalmente. Pero de pronto comencé a sentirme incómodo. ¿Por qué se repiten las historias? Ella andaba con semblante estusiasmado y bastante nervioso, seguimos conversando (en realidad más parecía su monólogo), me pareció buena gente y lista. Se hizo muy tarde, ella me dio sus coordenadas y me pidió las mías, se las di. De algún modo algo en ella no me generaba el mismo sentimiento empático que tengo incluso con mis amigas, y que otras veces me ha hecho sentir esa especial afinidad por alguien casi sin conocerla. De todos modos me parecieron bonitos sus escritos y su iniciativa, le compré unos dulces, como ya había llegado su transporte nos despedimos al estilo local del beso en la mejilla cuando veo que ella gira apuntando más abajo y al medio de la cara. Sin pensarlo me doblé, giré y le ofrecí la mejilla. Ya la solicitaban, le sonreí, se giró, subió a su vehículo y partió.
En ese momento no pensaba más que inusualmente había ganado una nueva amiga, no la veia como más. Luego con su bombardeo de holocrons y demás comencé más bien a sentir algo de acoso y fastidio. Trataba de ser cortés las pocas veces que nos comunicábamos posteriormente pero si le hice notar que no me sentía cómodo.
Espero que haya encontrado o encuentre alguien que pueda retribuir toda esa carga de igual modo. No me gustan las relaciones por pena.

3 comentarios:

  1. Uff, hasta me dio pena también la chica colegial. Esas son las cosas de madurar, ya entenderá algún día.

    Y tienes toda la razón, las relaciones por pena, lástima o por que el cerebro te lo diga, no van. El cucharón siempre sabe (o al menos, en la mayoría de los casos XD)

    (aaahhhh la chica me hizo recordar mi época Hello Kitty XDDD)

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  2. jajaja de esas no he tenido, o tal vez si y tengo que acordarme (broma)

    conque el dino resultó teniendo jale jajajaja será el peinado? no lo sabremos xD
    salud por eso!

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  3. No, dije que no me enviaban cartas así desde que acabé el colegio. Y a mi también me dio pena.

    No sé Jocho, ni idea. Mi peinado ya lo han visto por estos lares.

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