Actualmente en el Museo de Historia Natural Gamagori de Gamagori y en el Museo de Historia Natural Prefectural Kanagawa de Odawara se conservan fósiles peruanos que serían publicados después de varias décadas de haber sido colectados por un equipo suizo entre los 1980s a 1990s.
Para el 2016, si bien los cetáceos dentados de la Formación Pisco ya tenían fama por la abundancia de sus fósiles en buen estado, poco se conocía de estudios en los cetáceos no dentados. Ese año se publicó a un rorcual (Balaenopteridae) del Mioceno Tardío: Incakujira anillodefuego basado en dos fósiles de preservación excepcional provenientes de la Formación Pisco (Aguada de Lomas, Cuenca Sacaco) del sur de Perú.
Este animal aunque superficialmente se parecía a sus parientes de hoy, no podía aun rotar lateralmente su mandíbula a diferencia de las flexibles contrapartes en los rorcuales de hoy que se alimentan zambulléndose, así que quizá comía como si estuviera desnatando. Se cree pudo ser porque sus presas eran pequeñitas como los copépodos. El holotipo era un subadulto.
Posteriormente el 2024 se publicó a Incakujira fordycei, del Mioceno Superior, cuyo esqueleto casi completo y articulado fue colectado por estadounidenses en la localidad de Aguada de Lomas en 1987 para luego ir al Museo de Historia de la Prefectura de Gumma de donde se le llevó al Museo de Historia Natural de Gumma. Este fósil se vio conservaba sus barbas casi como en vida. Parece era un cetáceo muy ágil, de maniobras, para atrapar presas evasivas y no evasivas. Se trataba de un individuo inmaduro, un cachorro mayor o en todo caso un subadulto jovencito. Pero a pesar de su edad más joven se veía más grande que el los Incakujira anillodefuego anteriormente descritos.
Así como estos cetáceos muchos otros acabaron en diferentes partes del mundo, algunos con museos para que investigadores los den a conocer pero otros a manos de colecciones privados que los volvieron a matar, un fósil no investigado ni publicado no vuelve a vivir y queda condenado a ser una piedra bonita en algún escaparate o mueble escondido. Perú actualmente cuenta con mucha gente más que antes para investigar felizmente. Aunque manos faltan. Mario Urbina, descubridor de Perucetus, es uno de los peruanos que más ha hecho (o fácil el que más) por dar a conocer nuestro patrimonio fósil en todo el mundo, mientras ha luchado contra el reloj y el calendario, así como contra los saqueadores de fósiles que son capaces de destruir bellos restos articulados solo por sacarles los dientes y venderlos en algún mercado popular a turistas o para enviarlos a coleccionistas inescrupulosos. Ahora él ha encontrado cetáceos demasiado importantes en un sitio de difícil acceso que necesita apoyo de equipo aéreo, mano de obra y logístico. Estos animales podrían ser investigados acá como no fue el caso de los Incakujira. ¡¿Será que Mario Urbina tendrá apoyo para lograrlo?
Fuentes:
Marx, F. G.; Kohno, N. (2016). "A new Miocene baleen whale from the Peruvian desert". Royal Society Open Science. 3 (10): 1–27. Bibcode:2016RSOS....360542M. doi:10.1098/rsos.160542. PMC 5098998. PMID 27853573.
Kimura, T.; Hasegawa, Y. (2024). "A new species of Late Miocene balaenopterid, Incakujira fordycei, from Sacaco, Peru" (PDF). Bulletin of the Gunma Museum of Natural History (28): 1–14.
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