Star Wars Episodio VIII Los Últimos Jedis ..... y Jar Jar Binks

Seguro para muchos fue un alivio y fin para la discusión saber que el título en español del Episodio VIII era Los Últimos Jedi. Así que probablemente Luke puede estar algo más tranquilo ahora respecto a su integridad. Por otro lado si bien muchos han estado emocionados viendo el aspecto del trio protagonista a mi más me han interesado otras novedades que se han dado a conocer estos días respecto al universo Star Wars....

.... Me refiero a que se ha dado a conocer extractos del último libro de la saga que sigue a los acontecimientos del Episodio VI: Star Wars Aftermath: Empire’s End, en el cual hay un segmento liberado que se ubica en Theed, capital de Naboo. En el mismo que vemos a Jar Jar Binks convertido en un paria rechazado por su propia especie y por los humanos ..... que no olvidan su ingenua torpeza fue manipulada para darle los poderes a Palpatine que a su vez ayudaron a hacerlo El Emperador que conocimos. Ahí vemos como él se dedica a llevar alegría a los niños refugiados que hasta lo reclaman como payaso seguramente en un afan de redimirse ... y como al menos uno de ellos hasta se interesa en él posiblemente al sentir pena por el rechazo que sufre. En realidad su personaje da pena, por su naturaleza su buena fe le hizo caer presa de las maquinaciones de Palpatine (como pasara hasta con el mismo Concejo Jedi) y es curioso como dentro de su universo acaba con el mismo rol para el que fuera diseñado .... complacer a niños pequeños.

Since children started coming in by the shipload as refugees, the Gungan has served them, performing for the kids once or twice a day. He does tricks. He juggles. He falls over and shakes his head as his eyes roll around inside their fleshy stalks. He makes goofy sounds and does strange little dances. Sometimes it’s the same performance, repeated. Sometimes the Gungan does different things, things you’ve never seen, thing’s you’ll never see again. Just a few days ago, he splashed into the fountain’s center, then pretended to have the streams shoot him way up in the air. He leapt straight up, then back down with a splash. And he leapt from compass point to compass point, back and forth, before finally conking his head on the edge and plopping down on his butt. Shaking his head. Tongue wagging. All the kids laughed. Then the Gungan laughed, too.
The clown, they called him “Bring the clown. We want to see the clown. We like it how he juggles glombo shells, or spits fish up in the air and catches them, or how he dances around and falls on his butt.”
The adults, though. They don’t say much about him. Or to him. And no other Gungans come to see him, either. Nobody even says his name.
“My no so sure.” The Gungan makes a hmm sound. “Mesa thinks it cause-o Jar Jar makin some uh-oh mistakens. Big mistakens. Der Gunga bosses banished me longo ago. Mesa no been to hom in for-ebbers. And desa hisen Naboo tink I help the uh-oh Empire.”