Tarzan y la nata

Mi abuelito siempre fue adicto a la natación, eso le salvó el pellejo una vez en que hubo un maremoto (por los años 1930) y toda su compañía falleció en manos del mar. En esa oportunidad estaba él en el muelle cuando todo comenzó, para cuando corrió a avisar a todos él mar se le adelantó y ya se imaginarán. Parece que le valió lo aprendido en la pequeña laguna que tenían en la hacienda de sus primos, justo donde aprendió a nadar y montar caballo de pequeño.
Aunque la técnica me cuenta que la mejoró cuando se hizo amigo de dos nadadores a quienes siempre recordaba, los hermanos Ledgar, los mismos que representaron a Perú varias veces. Aunque al final cada quien tomo su rumbo. Uno de ellos fundó su academia de natación, otro se dedicó a la televisión y el abuelo siguió el rumbo de las andadas castrenses. Pero me cuenta que en una oportunidad en su mundo natatorio tuvo la oportunidad de conocer a Johnny Weissmüller, un actor que en esas épocas era conocido por interpretar a Tarzan, lo que pasa es que había venido a presentarse en una piscina olímpica que existía por aquellas épocas donde hoy queda el Hospital Almenara (osea ya no existe). Como ustedes saben siempre ha habido eso de la chacota, y cuando alguien de afuera viene no falta alguien de acá que dice fulanito le puede hacer competencia. Y así fue.
Siempre me cuenta mi abuelito esa carrera pues dice que nadaron como nunca. Casi le gana uno de los Ledgar al Tarzan.
Supongo que a todo el mundo siempre le apasiona algo mas aparte de lo que uno hace normalmente.