Creo que una de las razones por las que siempre me cayó muy bien la figura de Rosa de Lima es, aparte del que ella fue una peruanaza hasta el tuétano como aún recuerdan las tradiciones de la época en que Lima era asolada por los piratas holandeses, el que compartimos la afición por los bichos, como ya todos por acá saben (como que por algo dejo constar a diestra y siniestra siempre me han gustado). De Rosa queda una tradición recogida en el libro de Ricardo Palma: "Tradiciones Peruanas".
Los Mosquitos de Santa Rosa
Cruel enemigo es el zancudo o mosquito de trompetilla, cuando se le viene en antojo revolotear en torno a nuestra almohada, haciendo imposible el sueño con su incansable musiquería. ¿Qué reposo para leer ni escribir tendrá un cristiano si en lo mejor de la lectura o cuando se halla absorbido por los conceptos que del cerebro traslada al papel, se siente interrumpido por el impertinente animalejo? No hay más que cerrar el libro y arrojar la pluma, y coger el plumerillo o abanico para ahuyentar al malcriado.
Creo que una nube de zancudos es capaz de acabar con la paciencia de un santo, aunque sea más cachazudo que Job y hacerlo renegar como un poseído.
Por eso mi paisana Santa Rosa, tan valiente para mortificarse y soportar dolores físicos, halló que tormento superior a sus fuerzas morales era el de sufrir, sin refunfuño, las picadas y la orquesta de los alados musiquines.
Y ahí va, a guisa de tradición, lo que sobre el tema tal refiere de los biógrafos de la santa limeña.
Y ahí va, a guisa de tradición, lo que sobre el tema tal refiere de los biógrafos de la santa limeña.
Sabido es que en la casa en que nació y murió la Rosa de Lima, hubo un espacioso huerto en el cual se edificó la santa una ermita u oratorio destinado al recogimiento y penitencia. Los pequeños pantanos que las aguas de regadío forman, son criaderos de miriadas de mosquitos y como la santa no podía pedir a su Divino Esposo que, en obsequio de ella, alterase las leyes de la naturaleza, optó por parlmentar con los mosquitos. Así decía:
– Cuando me vine para habitar esta ermita, hicimos pleito homenaje los mosquitos y yo, de que no los molestaría, y ellos de que no me picarían ni harían ruido.
Y el pacto se cumplió por ambas partes, como no se cumplen... ni los pactos politiqueros.
Y empezaba un concierto de trompetillas, que sólo terminaba cuando Rosa les decía:
– Ya está bien, amiguitos: ahora vayan a buscar su alimento.
Y los obedientes sucsorios se esparcían por el huerto.
Ya al anochecer los convocaba, diciéndoles:
– Bueno será, amiguitos, alabar conmigo al Señor que los ha sustentado hoy.
Y repetíase el matinal concierto, hasta que la bienaventurada decía:
– A recogerse amigos, formalitos y sin hacer bulla.
Eso se llama buena educación, y no la que da mi mujer a nuestros nenes, que se le insubordinan y forman algazara cuando los manda a la cama.
No obstante, parece que alguna vez se olvidó la santa de dar orden de buen comportamiento a sus súbditos; porque habiendo ido a visitarla en la ermita una beata llamada Catalina, los mosquitos se cebaron en ella. La Catalina, que no aguantaba pulgas, dio una manotada y aplastó un mosquito.
– ¿Qué haces hermana? –dijo la santa–, ¿Mis compañeros me matas de esa manera?
– Enemigos mortales que no compañeros, dijera yo –replicó la beata. ¡Mira éste cómo se había cebado en mi sangre, y lo gordo que se había puesto!
– Déjalos vivir hermana: no me mates a ninguno de estos probrecitos, que te ofrezco no volverán a picarte, sino que tendrán contigo la misma paz que conmigo tienen.
Y ello fue que, en lo sucesivo, no hubo zancudo que se le atreviera a Catalina.
También la santa en una ocasión tuvo que valerse de sus amiguitos para castigar los remilgos de Francisquita Montoya, beata de la Orden Tercera, que se resistía a acercarse a la ermita, por miedo de que la picasen los jenjenes.
– Pues tres te han de picar ahora –le dijo Rosa–, uno en el nombre del Padre, otro en el nombre del Hijo y otro en nombre del Espíritu Santo.
Y simultáneamente sintió la Montoya en el rostro el aguijón de los tres mosquitos.
Y comprobado el dominio que tenía Rosa sobre los bichos y animales domésticos; refiere el cronista Meléndez que la madre de nuestra santa criaba con mucho mimo un gallito que, por lo extraño y hermoso de la pluma, era la delicia de la casa. Enfermó el animal y postrose de manera que la dueña dijo:
– Si no mejora, habrá que matarlo para comerlo guisado.
Entonces Rosa cogió el ave enferma y acariciándola dijo:
– Pollito mío, canta de prisa, pues si no cantas, te guisa.
Y el pollito sacudió las alas, encrespó las plumas y muy regocijado soltó un
Y el pacto se cumplió por ambas partes, como no se cumplen... ni los pactos politiqueros.
Aun cuando penetraban por la puerta y ventanilla de la ermita, los bullangueritos y lanceteros guardaban compostura hasta que con el alba, al levantarse la santa, les decía:
– ¡Ea, amiguitos, id a alabar a Dios!Y empezaba un concierto de trompetillas, que sólo terminaba cuando Rosa les decía:
– Ya está bien, amiguitos: ahora vayan a buscar su alimento.
Y los obedientes sucsorios se esparcían por el huerto.
Ya al anochecer los convocaba, diciéndoles:
– Bueno será, amiguitos, alabar conmigo al Señor que los ha sustentado hoy.
Y repetíase el matinal concierto, hasta que la bienaventurada decía:
– A recogerse amigos, formalitos y sin hacer bulla.
Eso se llama buena educación, y no la que da mi mujer a nuestros nenes, que se le insubordinan y forman algazara cuando los manda a la cama.
No obstante, parece que alguna vez se olvidó la santa de dar orden de buen comportamiento a sus súbditos; porque habiendo ido a visitarla en la ermita una beata llamada Catalina, los mosquitos se cebaron en ella. La Catalina, que no aguantaba pulgas, dio una manotada y aplastó un mosquito.
– ¿Qué haces hermana? –dijo la santa–, ¿Mis compañeros me matas de esa manera?
– Enemigos mortales que no compañeros, dijera yo –replicó la beata. ¡Mira éste cómo se había cebado en mi sangre, y lo gordo que se había puesto!
– Déjalos vivir hermana: no me mates a ninguno de estos probrecitos, que te ofrezco no volverán a picarte, sino que tendrán contigo la misma paz que conmigo tienen.
Y ello fue que, en lo sucesivo, no hubo zancudo que se le atreviera a Catalina.
También la santa en una ocasión tuvo que valerse de sus amiguitos para castigar los remilgos de Francisquita Montoya, beata de la Orden Tercera, que se resistía a acercarse a la ermita, por miedo de que la picasen los jenjenes.
– Pues tres te han de picar ahora –le dijo Rosa–, uno en el nombre del Padre, otro en el nombre del Hijo y otro en nombre del Espíritu Santo.
Y simultáneamente sintió la Montoya en el rostro el aguijón de los tres mosquitos.
Y comprobado el dominio que tenía Rosa sobre los bichos y animales domésticos; refiere el cronista Meléndez que la madre de nuestra santa criaba con mucho mimo un gallito que, por lo extraño y hermoso de la pluma, era la delicia de la casa. Enfermó el animal y postrose de manera que la dueña dijo:
– Si no mejora, habrá que matarlo para comerlo guisado.
Entonces Rosa cogió el ave enferma y acariciándola dijo:
– Pollito mío, canta de prisa, pues si no cantas, te guisa.
Y el pollito sacudió las alas, encrespó las plumas y muy regocijado soltó un
Prácticamente había olvidado esa tradición. Bien que la traigas a propósito del día. (Yo de chibolo juntaba chanchitos y grillos y cuidaba mis hormigueros).
ResponderBorrarAah! los chanchitos, en mi casa siempre han abundado esos, hasta de chicos mis primitos, que ya son primazos, se querían llevar algunos a Alemania, sin éxito claro!
ResponderBorrarYo aún conservo la momia de mi libélula en una hurna, desde que llegó a mi casa se quedó hasta el fin de sus días el bichito ése.
Claro, una excelente tradición!!!
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ResponderBorrarSiempre visite el convento de Sta. Rosa para esta fecha...
lastima que tuve que dejar de hacerlo por razones X..
1 X!
ResponderBorrarcreo faltaron dos más
ehem... cuando io era niño pos martirizaba a las hormigas... sieeeee lo sé, lo sé, soy malo! T____T
ResponderBorrarYo tambien jugaba con chanchitos! ... aunque tambien terminaba martirizándolos ^^U
Saludos!
bueeeeeeno, a decir verdad yo agarraba a las hormigas y se las aventaba a las arañas hasta no tan chiquito, también agarraba polillas que aparecen en verano pues les encantaban a las arañas, las dejaban secas al toque!
ResponderBorrary a los chanchitos me gustaba partirlos en dos pues veía que seguían vivos a pesar de partirlos, por dentro aprecían como rellenos de miel pasada.
gente, ando ocupado, entre y sale, en la noche publico mi post por el día del blog
ResponderBorrarCreo que es probable que no hable sólo de 5 de ustedes
Vaya! que coincidencia! yo que recíen creé mi nuevo blogo y ya es su día... Feliz día para el Pensieve de Dinorider!
ResponderBorrarFeliz Día, chicuelo!!!
ResponderBorrarMe encantaba particularmente esa de las Tradiciones del buen Don Ricardo.
A mi los bichitos no me gustan mucho. Más bien me dan miedito pero, no me gusta que les hagan daño.
Feliz día :)
ResponderBorrarQue maldad... pobres animales, yo nomás se los tiraba a mis hermanas para que ensallen sus gritos de terror xDDD
las "polillas" de verano... no son termitas? En mi casa hay cientos! el Kish y yo... las cazamos, son nuestras enemigas mortales!
ResponderBorrarMalchick: en buen día caiste, nadie olvidará tu aniversario
ResponderBorrarCarolate: feliz noche también! aunque no parezca por lo que acabo de decir tampoco me gusta que los dañen! XD
Hika: También puedo ser malo? no sé, prefiero decir que exploraba la naturaleza, suena mejor que lo otro.
GN: esas! en casa llegan en verano nomás
ResponderBorrarjajajjajjaa
maldeto!
laaaalaalalalalala
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ResponderBorrarjajajajajaa..
no te hagas el loco oshe!
OK
ResponderBorrarJAJAJAJAJAJAJA
ResponderBorrarAmaaaaaa!
El Dinin se sigue riendo de mi X y todavia en mayusculas!!!
:(
ok
ResponderBorrarjajaja
mejor en minúsculas no?
justo he ledo esa tradiciónn nuevamente , viene para el control de Lengua jijij, me gusta la forma apacible en como habla con sus "amiguitos" =)
ResponderBorrarmucha gente cre que la gente que habla con animales está loca, o creo que es gente de mente abierta más bien
ResponderBorrarq estupidez
ResponderBorrarno si es que tienes empatía animal, si careces de ello es comprensible que pienses así
ResponderBorrarlos mosquitos son amigos de todos,simplemente no molestarle porque ahi si que reacciona y te POCAAAAAAAA
ResponderBorrarXD
ResponderBorrarsí, son unos bandidos que sólo hacen lo que creen deben hacer
EXCELENTE TRADICION DE NUESTRO PALMA
ResponderBorrarUNA EXCELENTE TRADICION Y LES INVITO A SEGUIR LEYENDO LAS TRADICIOINES DE PALMA....OK
ResponderBorrarEspero muchos sigan tu invitación Frank.
ResponderBorrarBienvenido.
HOE MEJOR LE OPARIN
ResponderBorrarEl Oparín del origen???
ResponderBorrarsi hay dos milagros chévere y porque no pudiste truly dime dime dime
ResponderBorrarNo te rías seguro serás.......................... jjajaja feaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa cállate she tu amalo el dinn cállate bruja benebola
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