Encuentros con Monstruos - III - El Crepúsculo del Edén (2003)

Kupe* se fue a Aotearoa,
chiriín chirirín chin chin,
con su esposa en su canoa,
pero no volverían.
Pa pa pa,
pa pa pa,
pues el águila de Haast les caería.

Antes que nada este post existe gracias a que Reivajss gentilmente me consiguió, empaquetó y entregó el video en que está basado este post.

La historia del último episodio de los 3 programas de la serie Monsters We Met de la BBC cae a pelo para un inicio de año. Un grupo humano buscando un nuevo comenzar, enfrentando nuevos retos, errando por querer cubrir más de lo debido y posteriormente pagando las consecuencias de sus actos alocados de los inicios. Por eso siempre pensar antes de actuar, que todo acto tiene consecuencias. Y si se puede enmendar las cosas mejor antes que sea tarde. Pues a veces sí lo es.

Y la Moa conocería al hombre para su perdición

Ordenando la historia todo comienza hace 18 millones de años en que un trozo de tierra se aisla del resto del mundo, ese trozo sería algún día Nueva Zelanda... ahí irían un grupo de polinesios por el 1200 AD buscando conquistar nuevas tierras, la última frontera del hombre. Pero para ellos, que algún día serían llemados Maoríes, la tierra no se llamaba Nueva Zelanda sino Aotearoa, La Tierra de la Gran Nube Blanca. Naturalmente con ellos llegarían sus plantas de cultivo, sus perros ... y sus ratas Kiore, ratas sagradas pero ratas al fin y al cabo... y tragonas.

Me pregunto si "La Gran Nube Blanca" también sería por el águila Harpagornis moorei

Ahí encontrarían muchos animales nuevos, bosques. Una gran reserva de animales que no conocían depreadores terrestres bípedos con armas de caza. Tanto así que habría hasta murciélagos rastreros. Uno de los grupos de animales que recibiría el baldazo de agua fría de la llegada del hombre sería el de las 11 moas, la Moa Gigante era la jirafa de Nueva Zelanda.

Harpagornis moorei el gran águila de Haast, una de mis aves favoritas

Este era el mundo de las aves grandes al parecer, pero ninguna dejaría tanto terror como el gran águila de Haast que poblaría leyendas, arte y de seguro las pesadillas de los nativos. Esta águila de 3 metros de envergadura, la mayor águila, sería descrita en las tradiciones como el gran ave que cargaba gente para alimentar a sus pichones.

Reverencia al monstruo del aire

Sin embargo el hombre descubriría la inocencia de los demás animales y 10 mil moas serían cazadas en 2 décadas. 11 especies de moas incluida la gigante desaparecerían en 100 años.

Dinornis, la Moa Gigante, y la pandilla de los roba huevos

La presión sobre las moas cada vez más escasas, que encima se reproducían poco y eran robadas de sus huevos, cambiaría muchas cosas. La búsqueda de su carne preciada desaparecería la mitad de los bosques de la islas sur de Nueva Zelanda. ¿Con tierra pelada se encuentran mejor las cosas?

Dinornis giganteus la Moa Gigante

Con la caida de las moas caería quien las consideraba su principal alimento antes de la llegada del hombre, el gran águila de Haast.

El talonazo letal del águila de Haast

Recién con la extinción de las moas recapacitarían los nativos maoríes y declararían sagrados los bosques e iniciarían una nueva relación con su entorno. Sin embargo en 1749 Cook llegó a Nueva Zelanda y con ello la corona británica con sus taladores de bosques convertirían los bosques existentes en praderas llenas de ovejas, una nueva frontera para ellos que sería fuente de riquezas. Con los europeos llegarían de paso nuevas clases de animales colonizadores que amenazarían a las nativas mandando a muchas a la extinción por toda Polinesia, como pasó en Hawai. La misma historia que en el resto del mundo.

Sin duda el mejor ejemplo de la mezcla de belleza y horror que puede lograr el hombre es lo que vino tras el 400 AD en Rapa Nui, la Isla de Pascua, que aún se mantiene como recuerdo de lo que puede pasar si no se enmiendan los errores contra el ambiente. Restos de belleza en medio de la desolación.
*Según la tradición y los mitos Kupe fue el primer navegante polinesio que llegaría a Nueva Zelanda.