Ocean Odyssey / Odisea Oceánica - Parte 1

Nota:
A los que esperaban el "Weekends with Dinosaurs" de la semana revisen las páginas del incrustado de este post (haciendo click en el "libro" se hace Fullscreen o pantalla completa, tiene audio también).

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Todo comienza cuando en octubre del 2004 un anciano cachalote ha varado en Nueva Zelanda. Y acompañaremos sus últimos instantes observando las causas de las marcas que la vida le ha dejado mientras que vemos varios hechos que ha pasado la humanidad en el interín.

Era 1929 cuando un entonces bebé cachalote navegaba los mares (Grand Banks, Terranova) junto a su madre y su grupo familiar. [Confieso que me sorprendió un poco ver lo cariñosos que son los cachalotes entre sí.]
Estos cetáceos llegan a zonas realmente profundas.
Es así que mientras un grupo de humanos revisa las conecciones del telégrafo, que estaban vertidas en el fondo del océano, un integrante del grupo del protagonista decide averiguar a qué se debe tanto movimiento; lo que la deja atrapada en los "rizos" del cableado de protección. Lamentablemente se desata un movimiento de tierra en el fondo del mar quedando atrapada definitivamente la cachalote. El resto del grupo huye. Dicen que con hallazgos así en el cableado es que advirtieron en otros tiempos lo profundo a lo que llegaban los cachalotes. De cualquier modo ese movimiento en lo profundo fue la expresión de la llegada de un tsunami a Terranova. [Me gustó ese efecto del leve "viento" que recorre la nave en el video.]

Tiempo después viajamos a las praderas abisales atlánticas donde conocemos a La Ciudad Perdida. Un lugar casi fantasmagórico con torres de 60 metros de alto en el fondo del mar en el que reside un extraño pez espinoso y largo, o quizás más bien alto, 17 metros, es un pez remo.

A este lugar han llegado el protagonista, su madre y séquito. Como el juvenil cachalote aún no conoce bien el menú de la casa le echa una mordida al pez remo, naturalmente sale perdiendo. Pero... su madre le guía al verdadero menú: blandos y abundantes calamares. Barriga llena, corazón contento.

Nuestro viaje submarino seguirá unas elevaciones en medio del Atlántico que llegan a pasar el nivel del mar y compondrán Las Azores.

En sus profundidades hay peces abisales que con sus luminiscencias engatuzan a sus presas .... y que a veces acaban en el estómago de calamares también. Y estos a su vez acaban siendo engullidos por otro primo de ellos mismos, el calamar gigante.

Haciendo regreso al 2004 en Nueva Zelanda, tras un flasback a una pretérita "lluvia de meteoritos submarinos", se puede ver un recuerdo del paso del cachalote por estas islas Azores ... en su cola, falta una muesca. ¿Qué pasó?

Orcas, los lobos del océano.

Como el pequeño cachalote no puede llegar a las profundidades como los mayores, pues las presiones del fondo le harían pasar más que un mal rato, se queda arriba con su madre. El grupo de orcas tiene interés en el pequeño. De hecho, su cola es la primera en sentirlo a pesar de todos los esfuerzos de su madre por protegerle. Pero el grupo llega y les hacen todo difícil. Aunque no es sino hasta que un gigante macho dentado llega, que las orcas desisten de atacar. Contra el coloso las orcas quedan casi como ewoks. ¡Jajaja! Me pareció tierna la manera en que sociabiliza el cachalote juvenil con el gran macho que le salva el pellejo. Para colmo de escena enternecedora, en medio de la conmoción la mamá cachalote da a luz a una hermanita.

Regresando a nuestros tiempos se aprecian muchas señales de cortes en su piel. ¿Quién se las habría hecho? Para eso habría que ir a 1938 en el Atlántico Medio, entonces el protagonista ya era un macho adolescente deseoso de aventuras pero aún formando parte de su familia. Ellos han encontrado un frente, una zona en que se enfrentan aguas cálidas con frías, esta zona les lleva a una despensa de alimentos a su disposición. Será lo más profundo a lo que jamás él se haya sumergido. Mientras tanto allá arriba una gran tormenta se está forjando. Y a su sombra un barco ballenero ya advirtió la presencia de los cachalotes que retornan por aire a la superficie y está dispuesta a darles caza.

Sin embargo, allá abajo, en medio de tanto pequeño calamar nuestro héroe advierte algo gigante a las sombras, algo que nunca ha visto, y mientras su familia ya ascendió a tomar aire, él se pierde entre los acantilados marinos para investigar más. Es así como el joven cachalote da con la causa de sus intrigas y decide ir a la caza del calamar gigante en medio de unos cañones realmente caprichosos, pero vaya que el gran molusco le daría una buena lucha. El calamar usaría las dagas que le dio la naturaleza para tratar de librarse del cachalote pero éste persistiría a pesar de que cada vez le queda menos aire.

De hecho su familia ya estaba en la superficie para tomar una buena bocanada de aire. Momento aprovechado por el barco ballenero para atacar a la familia de cachalotes.

El mar se tiñe de rojo cuando finalmente nuestro protagonista tras derrotar y engullir al calamar gigante ve que es hora de ir por aire y encuentra el inerte cuerpo de una de sus compañeras.

El tragedia marca el fin prematuro a su vida en familia. En adelante será el joven cachalote huérfano solo contra el mundo.

Eso sí, como a la naturaleza no le gustan siempre los finales tan infelices se desata una terrible tormenta que cobra venganza.

¿Qué fue del joven cachalote tras independizarse? ¿Y las tecnologías de las guerras mundiales y la guerra fria? ¿Las expediciones submarinas del siglo XX? ... y si vivía en el Atlántico, ¿cómo es que acabó muriendo en Nueva Zelanda? Las respuestas en la próxima entrega de Ocean Odyssey.